Enfrentamos un momento de análisis de lo aprendido y de los desafíos que quedan, abriendo una posibilidad para marcar diferencia, dando vida a proyectos que apunten siempre a la eficiencia operacional.
“La cosa cambió”. Esta frase aplicada a la cadena de suministro post pandemia es el centro de toda estrategia actual; es la clave para entender el momento que enfrentamos. Luego de la oscuridad operacional que se dio a inicio de 2020 comenzamos a vivir el nuevo rol de la cadena de abastecimiento; un rol estratégico al interior de las empresas con todo lo que eso significa, complejidades y oportunidades, ya que los ojos de todos están hoy en los procesos para marcar diferencias.
Y desde este nuevo papel protagónico, las empresas comienzan a repensar sus estrategias operacionales, los desafíos logísticos, sus proyectos, sus inversiones y dibujar lo que será la relación con sus clientes/consumidores.
Por años los libros teóricos ahondaron sobre la importancia de la cadena de abastecimiento dentro del negocio; sin embargo, eso no se veía reflejado, ya sea por la complejidad de los procesos, la mirada centrada en los costos o porque la prioridad estaba en otras partes del negocio. Pero la pandemia generó el cambio esperado y la mirada hacia las operaciones logísticas cambió.
Junto al nuevo rol logístico, otro cambio generado durante este periodo es el crecimiento del canal de venta online. El e-Commerce alcanzó -en algunos casos- hasta el 100% de las demandas en los periodos más complejos de la crisis sanitaria.
Actualmente, el comercio electrónico se estabilizó y se posicionó como un nuevo canal que crece constantemente a tasas importantes, pero ya dejó de ser el hermano chico y dio un salto para convertirse en un canal importante y tremendamente valorado por clientes/consumidores.
Lo aprendido y el actual momento de transición hace presagiar un futuro positivo. Se vienen buenos años, marcados por la recuperación de la demanda, donde la disposición a invertir aumentará para llevar a la logística a un nuevo peldaño marcado por la automatización e inversión en tecnología.
Atrás quedó el discurso de la importancia de la cadena al interior de las empresas y se dio paso a la práctica. Los cambios hoy comienzan a reflejarse.
Sin duda, el futuro será más eficiente y efectivo El nivel de atención que nos acostumbró las cadenas más digitales será transversal a todas las áreas. Vemos como empresas que por años atrasaron sus inversiones y dieron el salto, hoy han puesto en marcha un proceso de modernización para responder a los desafíos que plantea el nuevo orden operacional de los negocios.
En este momento de transición hacer una lectura correcta de las oportunidades de cada uno de los procesos que contempla la cadena de suministro de la empresa es fundamental, pues es ahí donde se abren las posibilidades de marcar diferencias y conectar correctamente con lo que los clientes esperan.
No hay proyecto equivocado o malo, sino proyectos mal pensado. Dibujar el camino futuro, conocer los dolores y las oportunidades de cada proceso es el primer paso para avanzar. Hoy no solo los ejecutivos logísticos se enfrentan a esta situación, pues la mirada y la necesidad de plasmar cambios en busca de eficiencia nacen desde los directorios, gerentes generales o dueños de empresas.
El futuro será positivo si el camino que se transita hoy es el correcto.