El desarrollo del canal online ha sido vertiginoso y se ha transformado para muchos en una plataforma que ha mantenido comercialmente en pie a las empresas. Sin embargo, ya la mirada no está en cómo responder a este canal de venta, dado que las características de su movimiento, sus exigencias y sus clientes ya están claros: agilidad, flexibilidad y rapidez son algunas de las cualidades de este canal. Hoy la pregunta está en cómo hacer esta operación más rápida.
Muchos actores del Retail se iniciaron en este camino a través de grandes inversiones, enfocadas principalmente en dar visibilidad a la operación y el inventario. Sin embargo, hoy en un mundo incierto que genera disrupciones en las cadenas de abastecimiento y donde las aperturas de tiendas son una realidad y las compras online siguen siendo importantes; para las empresas, entonces, ya no es opcional que no miren la omnicanalidad y las plataformas o soluciones sistémicas que les permitan apalancar su red de distribución y adaptarse a las nuevas exigencias.
Antes de la pandemia, los Retail hablaban de grandes CD para atender al e-Commerce o bien de modalidades como click and collect o retiro en tienda. Pero en la medida en que el canal de internet comenzó a ser relevante también las pequeñas y medianas empresas comenzaron a jugar en este nuevo escenario.
“De cómo atiendo omnicanalmente a cómo atiendo más rápido”. Así ha cambiado la mirada a esta operación y el desafío está en aquellas empresas que no han desarrollado este modelo, puesto que sin este desarrollo comenzarán a quedarse atrás. Aún el consumidor es permisible con que las Pymes, por ejemplo, entreguen sus productos en 48 horas o en algunos días, sin embargo, el tiempo apremia para acelerar esta operación.
Por lo tanto, pequeñas y medianas empresas deben pensar estratégicamente cómo comenzar este camino hacia la omnicanalidad y cómo apalancar los puntos que marcar diferencias a nivel de servicio. Hay que diseñar un plan estratégico, cuál es la propuesta, los servicios y qué quieren implementar. En base a eso, se comienza a mapear lo que hay que resolver.
Se debe dejar claro que no se trata de subirse al carro de la omnicanalidad con un servicio sólo apalancando en tecnologías; debe haber un plan estratégico claramente definido que permita avanzar, paso a paso, en este camino, a través de la diferenciación del servicio.
Cuando hablamos de omnicanalidad no se trata de tener una bonita página web o un bonito punto de venta, sino contar con la capacidad de mirar toda la operación, poder conectarla con el CD y también entre las tiendas; dar seguimiento y administración a un inventario de forma mucho más agregada. Por lo tanto, ingresar y avanzar en este mundo omnicanal es ya una obligación para las pequeñas y medianas empresas que quieran ser parte de este nuevo mundo del comercio digital y responder al nuevo consumidor con un servicio diferenciador.