El 2021, en tanto, la logística fue aprendiendo cómo operar en tiempos turbulentos, dando la posibilidad a muchas empresas de marcar diferencias a través de su operación. Así, llegamos a 2022, año en que algunos ya hablan de superar la pandemia. Sin embargo, la incertidumbre sobre el avance de la crisis sanitaria no se detiene.
Ante esta situación, el llamado sigue siendo el mismo: estar alerta, mantener la flexibilidad en la operación, fortalecer los equipos y la capacidad de reajustarse rápidamente.
La cadena de suministro no ha dejado de enfrentar disrupciones. Congestión portuaria, China sigue estando en el ojo del huracán, doble tiempo de traslado marítimo (alcanzando más de 100 días de tránsito), dificultad en los puertos para enfrentar la demanda y tardanzas en los procesos de carga/descarga de contenedores siguen siendo parte del día a día de esta industria.
Un efecto colateral de la situación marítimo-portuaria por la crisis sanitaria es que el alza de los precios parece no detenerse y, por ende, el aumento de lo costos logísticos se incrementarían.
Las empresas se están preparando para alzas más pronunciadas en los precios de envío y logística este año, después que los costos de las cadenas de suministro se disparen, impulsado por la alta demanda y la capacidad restringida.
Este incremento del costo también se explica por el alza de los salarios de los trabajadores del sector que se ha tomado como una medida para enfrentar la escasez de colaboradores y lo apretado del mercado.
Pero como buena cadena, el alza no sólo afecta el transporte marítimo sino también el transporte terrestre, la operación en puerto, el almacenamiento, entre otros puntos. ¿A qué obliga esta situación? Productividad, eficiencia, optimización son algunas de las alternativas para responder a este escenario.
La situación obliga a la industria a estar alerta, iniciar procesos de cambios que den sustento a la nueva realidad operacional, potenciar la transformación tecnológica de la empresa como una alternativa que dé soporte a la nueva logística y diseñar proyectos operacionales que incluyan todos los factores que hoy entran en juego en la operación actual.
Este año puede ser una oportunidad. Una oportunidad para quienes aún no apuran el tranco para estar altura de los nuevos tiempos; una oportunidad para reforzar procesos; una oportunidad para rediseñar, una oportunidad para modernizar procesos y una oportunidad para crecer logísticamente, consolidando una operación vanguardista y capaz de responder a los desafíos que, sin duda, continuarán, ya sea por esta pandemia o por otro fenómeno que ponga en jaque a la cadena de suministro global.