Durante el último tiempo, una de las preocupaciones en Supply Chain ha sido la incertidumbre que dejó de manifiesto la pandemia y que evidenció ciertas debilidades a nivel operacional en las empresas. Luchar contra la incertidumbre se transformó en el leitmotiv de muchos y las soluciones de tecnología y equipamientos automatizados son un aporte invaluable en busca de certeza.
En una operación sin tecnología navegamos por la incertidumbre operativa de comenzar un día sin saber, muchas veces, como va a terminar, por lo tanto, la incorporación de estas herramientas –independiente del grado de automatización del que se trate- deja atrás el ámbito de la voluntad operacional o la incertidumbre de saber si la operación se realizará en el momento y en la forma adecuada. Con la automatización ganamos certidumbre, gracias a la visibilidad que se tiene y la fluidez de los procesos.
Frente a estos proyectos, la búsqueda de mejora en cuanto a la productividad asoma como un factor clave para la inversión. Sin embargo, ha quedado de manifiesto que los beneficios van más allá y que la fluidez y la velocidad que le da a la operación es algo difícil de dimensionar.
Las ventajas y mejoras que entregan estas herramientas confirman que la automatización se ha transformado en un punto sin retorno que nos obliga a seguir, paso a paso, aumentando el grado de automatización en la empresa y que cobra fuerza, sobre todo ante las dificultades en cuanto a la productividad, el cumplimiento de servicio, la capacidad de infraestructura y el recurso humano.
Tal como lo hemos visto con la explosión del e-Commerce -que obligó a muchos a mirar hacia la tecnología para mejorar la productividad- el ritmo general de los negocios nos va llevando hacia nuevos grados de automatización. Una vez que entras se va en camino ascendente, siempre positivo, porque es el mismo negocio quien te lleva por la senda de la automatización.
Actualmente, estas tecnologías han democratizado ampliando su acceso y, por lo tanto, permiten que muchas empresas que antes veían lejanas estas soluciones hoy den los primeros pasos en este camino. Antes, considerar un robot era impensable para muchos, pero hoy es una realidad cada vez más presente en la industria nacional.
La tecnología ha ido ganando un espacio, posicionándose poco a poco como una alternativa real de mejora operacional. Las ventajas que traen estos sistemas hacen imposible retroceder, puesto que son sus ventajas las mejores representantes de las cualidades de estos equipamientos. Y en la medida que las empresas van creciendo van avanzando también en su grado de automatización. Siempre un segundo paso es más fácil que el primero, porque los beneficios ya están demostrados.
En tanto, cuando hablamos del primer paso es fundamental comprender qué se busca con estas soluciones, ya que eso es primordial para el éxito de la implementación y la aceptación y adaptación de los equipos a esta nueva realidad operacional.
Es tan grande el salto a nivel operacional que no hay retrocesos. Los beneficios se ven en la productividad, en el nivel de servicio y en la rapidez en la respuesta. La compañía que entiende que su logística es clave para su propuesta de valor ve estas soluciones como un real aporte y también valora otros beneficios intangibles que cuesta dimensionar, puesto que esto se puede entender como “pasar de un proceso sucio a uno limpio”.
Estos procesos nos dan certezas y operar así marca diferencias y permite a las empresas cumplir su promesa de servicio.