En busca de la efectividad. La automatización es el medio y no el fin

Cuando las cosas se hacen de una manera y ya no se logra la efectividad deseada, seguir actuando del mismo modo es ineficiente y el paso siguiente es, entonces, evaluar invertir. Las inversiones realizadas de buena manera abren siempre una posibilidad de mejora y son un paso más en el nivel de servicio tan exigido, hoy en día, por los clientes.

Hay que entender que el cliente también cambió y demanda un servicio diferenciador por parte de las empresas. Para avanzar y dar cumplimiento a estas exigencias se debe mirar siempre a los procesos con el objetivo de lograr la eficiencia como finalidad, pues es este concepto el que entrega mejoras que son percibidas por los consumidores como son: menor tiempo de entrega, eficiencia, exactitud.

Si bien, los costos son importantes, están en contraposición del nivel de servicio que se desea entregar. Hoy el costo no es absoluto sino el servicio, entendiendo que la eficiencia de los procesos es el punto diferenciador y el objetivo de toda inversión.

Ante este escenario, las empresas tienen una disposición distinta a conocer aspectos técnicos de cada etapa, abriéndose a una modernización de su operación; cambios que vienen impulsados desde la alta gerencia y no sólo desde el departamento logístico.

Hay que entender que la automatización no es el fin, sino el camino a un proceso eficiente. Para caminar por este sendero de desarrollo es clave diseñar un proceso ideal y desde ahí pensar en cómo implementarlo para alcanzar la eficiencia.

Para optimizar se debe ir al fondo del proceso. Los distintos niveles de automatización de la industria vienen a acompañar los distintos procesos. Para automatizar se debe ir al fondo del proceso y analizar cómo mejorarlo y, en base a eso, se definirá el grado de automatización, ya sea poco, mucho o nada. Los proyectos de inversión en tecnología deben apuntar siempre al fondo de los procesos para otorgar la eficiencia necesaria que permita entregar un mejor nivel de servicio.

Parte importante de los proyectos de inversión fracasados se deben a un errado análisis de los procesos o porque los números no se analizaron correctamente, es decir, no se dio la profundidad adecuada. Dar un paso de modernización sin ayuda externa es riesgoso, porque quedan a merced de las contingencias diarias y cuesta mirar fuera de la caja cuando se está directamente en la operación o también porque las capacidades analíticas no están; cualidades que en las empresas consultoras se desarrollan mejor.

En la búsqueda de la eficiencia operacional, las empresas están hoy obligadas a potenciar otros talentos más ligados a competencias técnicas, analíticas y de ingeniería. Avanzar en este camino, entonces, no solo se logra de la mano de la automatización, sino del correcto análisis del proceso para llevar a la operación a un nivel de eficiencia y optimización que los clientes demandan actualmente.

Está la industria obligada a seguir avanzando para reforzar su operación y las empresas consultoras son, entonces, un aliado para reforzar operaciones y rediseñar servicios que marquen diferencias.